El grado de confort, molestia, así como la percepción frente a un ruido es muy dispar, aunque bien es cierto que los valores establecidos en las diferentes normativas se han consensuado y estudiado para dar respuesta a un número considerable de la población.
Quiere decirse que los valores límite que recibimos de 25 / 30 dBA en horario nocturno debería satisfacer la exigencia de al menos un 80 % de la población. Ahora bien, esta es la teoría pero nos enfrentamos a una realidad muy diferente.
Cabe destacar que evidentemente ni 25 ni mucho menos 30 dBA son un silencio absoluto,… queda por tanto mucho camino por recorrer ,…
Para empezar, no en la totalidad de municipios se tienen los medios ni la normativa que proteja a la población frente a la contaminación acústica. Y por otro lado encontramos el hecho de que las poblaciones que sí disponen de medios y normativas son permisivos en la aplicación de las mismas.
La realidad es que nos enfrentamos a una gran cantidad de viviendas aisladas acústicamente de forma pésima, a ciudades cada vez más ruidosas y usuarios finales con mayor exigencia y crispación ,… todos los factores para la tormenta perfecta .
En la actualidad y derivado de la pandemia han crecido de forma muy elevada las consultas de usuarios finales con problemas de ruido generado por las actividades domésticas. Estas quejas, molestias , denuncias han aumentado debido a la falta de aislamiento acústico, la disminución de ruido de fondo generado por las restricciones a la movilidad así como por el hecho de que pasamos muchas más horas en nuestras viviendas.
Recibimos a diario comentarios : “es insoportable el ruido recibido” , “no hemos podido conciliar el sueño debido a la bomba de agua” , “nos ha despertado el ruido de persianas” , “ se escucha y entienden las conversaciones de los vecinos”, “el ruido de la industria no me permite conciliar el sueño”, “nos despierta la vibración del metro al pasar” . Estas son algunas muestras del pésimo grado de aislamiento de las viviendas y grado de crispación de los afectados.
¿Cómo hemos llegado hasta este punto?
Muy fácil: Infinidad de municipios no disponen o no aplican ordenanzas municipales.
Comunidades Autónomas no aplican o no adaptan mediante reglamentos la ley de ruido. Y mientras, seguimos con una norma de protección contra la contaminación acústica en la edificación caduca, laxa y muy permisiva.
Estamos pues frente a una oportunidad de cambio en este momento para hacer las cosas correctamente.
Una rápida y sencilla reflexión: entendemos muy rápidamente que el aislamiento térmico nos ofrece confort y ahorro.
Pues bien, esta más que demostrado que el aislamiento acústico nos aporta confort y SALUD.
Quizás y sólo de esta forma nos podremos dar cuenta de la relevancia que aportan nuestros estudios y servicios de asesoramiento.
Existe un proyecto iniciado en el 2014 que intentaba armonizar los niveles de aislamiento entre los diferentes países de la Unión Europea estableciendo unos niveles de aislamiento mínimo exigible entre viviendas.
Criterio verde, certificación Passivhouse , aplicación de energías renovables como decíamos anteriormente aportan ahorro y confort, la correcta insonorización aporta confort y SALUD.
Los criterios ODS o ya bien la política medioambiental como pilar de la recuperación económica debe tener en cuenta uno de los vectores medioambientales que mayor impacto directo tiene frente a la sociedad como es la CONTAMINACIÓN ACÚSTICA.
Momento pues de oportunidad para nuestro sector!!!