La gestión del ruido urbano debe tener mayor presencia en los planes urbanísticos de las ciudades.
Con el fin de mejorar la sostenibilidad y movilidad de las ciudades debemos tener en cuenta la gestión del diseño urbanístico con criterios de reducción de niveles presión sonora y mejora del paisaje sonoro de las mismas.
El paisaje urbano es cambiante y la exigencia en confort acústico de la población cada vez mayor, por tanto debemos tenerlo en cuenta en el planeamiento urbanístico.
Debemos generar islas silenciosas, espacios de ocio diseñados con criterios acústicos para poder disfrutar también en el interior de las ciudades de un paisaje sonoro urbano confortable.
La irrupción de vehículos híbridos, eléctricos, patines eléctricos y peatonalización de las ciudades nos ofrecen un nuevo futuro alentador.
Hemos de asumir la presencia de nuevos elementos de apantallamiento acústico, difracción o atenuación en nuestro paisaje.
Debemos asumir la presencia de terraplenes y barreras acústicas “huyendo de las noticias populistas de plantación de una única línea de árboles como pantalla acústica vegetal“,…esos valientes redactores todavía desconocen que son necesarios 100 metros de bosque y bajo bosque para que ofrezca una atenuación aceptable,…
Debemos tener en cuenta el diseño y distribución de las fachadas de edificios. Replantear las distribuciones de las estancias de reposo no dejándolas expuestas a calles con altos niveles de presión sonora y plantear nuevos diseños de fachadas que puedan albergar dobles/triples ventanas, así como ajustar el tamaño de las mismas.
¿Transporte público? SÍ!!! pero de calidad. Este debe ser más atractivo, cómodo, limpio, accesible, mayor frecuencia de viajes, viajes más cortos, a través de carriles BUS. Por otro lado, es necesario facilitar la compra de billetes e incentivar los viajes grupales.
Instalaciones complementarias al carril bici: parkings, accesos a edificios, taquillas, duchas en edificios.
Debemos integrar un circuito de carril bici en nuestras ciudades asegurando la completa cobertura con seguridad para el usuario.
Incorporar el vehículo hibrido o eléctrico en los servicios de transporte público. El tranvía asegura atenuaciones en ciudades entorno a 10 dB(A) el servicio de recogida de basura, limpieza y mantenimiento – 25 dB(A) mediante vehículos híbridos de nueva generación.
Es necesario mayor gestión de la movilidad, campañas de sensibilización. Pavimentos reductores de nueva generación que aportan atenuaciones entorno a 2 dB(A).
Algunos de estos cambios suponen una importante inversión a largo plazo. Ahora bien, la medida de reducir la velocidad de 50 a 40 km/h puede suponer una reducción de 2,8 dB y de 40 a 30 km/h reducciones entorno a 3,6 dB valores muy notorios, necesarios y al alcance de cualquier población.
Cuando consigamos reducir los niveles de ruido urbano actual descubriremos los propios sonidos de la ciudad que ahora están enmascarados: cantar de pájaros, hojas de árboles movidas por el viento, risas y conversaciones de sus ciudadanos.
El diseño del futuro paisaje sonoro urbano debe hacernos olvidar la hostilidad actual generada por el ruido de tráfico y recuperar el sonido que aporta la convivencia en la ciudad.
“La música de unos pocos oyentes puede ser el ruido de muchos afectados”.
Departamento Expansión Franquicia